La muerte de dos jóvenes tras ser atropellados por un coche de la Policía ha vuelto a encender la llama de los disturbios en París. Como hace dos años, un incidente entre jóvenes de los suburbios de la capital gala y las fuerzas del orden ha desatado fuertes protestas, que se unen al ambiente ya enrarecido por las huelgas de las últimas semanas.
Tras una primera jornada de protestas, y a pesar de los llamamientos a la calma, este lunes se repitireon las mismas imágenes que sacudieron el país hace dos años, con violentas protestas por parte de jóvenes en señal de protesta por la actuación policial.
A última hora de la tarde del lunes, decenas de jóvenes se enfrentaron con las fuerzas del orden cerca del lugar del accidente, donde incendiaron varios coches, incluido uno de la policía, y cubos de basura, y arrojaron botellas y otros proyectiles contra las fuerzas del orden, que respondieron con gases lacrimógenos.
En el enfrentamiento entre los manifestantes y la Policía resultaron heridos al menos 30 agentes.
Ante el temor de más violencia durante la noche, las autoridades desplegaron a unos 160 agentes antidisturbios en Villiers-Le-Bel para reforzar a los policías locales, informó la Prefectura.
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